8 estrategias para que los niños lean: cómo motivarlos

Pubicado el : 18/10/2016 08:22:53
Categorias : Estilo de Vida

8 estrategias para que los niños lean: cómo motivarlos

No hay nada peor para motivar a los niños que exigirles demasiado, aunque la cuestión que tengamos entre manos sea de máxima importancia. Y la lectura lo es, sin duda. Gran parte de su etapa escolar se basa en leer y aprender; y es bien sabido que un ávido lector juega con ventaja en esta gran partida que es el aprendizaje. Sin embargo, cada niño es un mundo y, si bien algunos niños sienten predilección hacia los libros desde un primer momento, otros prefieren entretenerse jugando a cualquier otra cosa.

Es indudable que potenciar el hábito de la lectura puede resultar un quebradero de cabeza para nosotros, como padres. Entonces, ¿cómo conseguir que los niños lean por diversión, guiados por su propia iniciativa?

 

8 consejos para que los niños lean

A los niños les encantan las palabras. Desde que adquieren el lenguaje entre los 10 y 30 meses de edad, empiezan a jugar con ellas, con su sonoridad y su plasticidad. Como padres, debemos cultivar este asombro inicial y trasladar su curiosidad de las palabras a las historias:

 

1. Cuéntale cuentos o léeselos desde bien pequeños

Es una gran manera de introducirles en el mundo de la lectura. Gustavo Martín Garzo, escritor y fundador de revistas literarias “Un ángel más” y “El signo del gorrión” escribió en un delicioso artículo que debemos dejar a cada niño “que descubra que la escritura es la memoria de las palabras y que los libros son algo así como esas despensas donde se guarda todo cuanto de gustoso e indefinible hay a nuestro alrededor, ese lugar donde uno puede acudir por las noches, mientras todos duermen, a tomar lo que necesita”. Y esto se consigue de manera oral antes de que el niño aprenda a leer.

  

2. Crea su propia biblioteca

Los libros deben estar a mano, el pequeño lector debe ser consciente de que, si quiere, puede tomar cualquiera y leerlo con total libertad, sin que nadie esté detrás presionándole.

Niña buscando libros en la biblioteca

3. Prémialos con libros

La lectura debe ser un refuerzo positivo y, en ningún caso, un castigo. Estos “libros-premio” serán una parte muy valiosa de la colección, pues se han conseguido en base a un esfuerzo recompensado. Si tenemos dudas, sus profesores pueden ser una buena guía para conocer mejor los gustos de los pequeños. 

  

4. Lee tú misma y déjate ver

No hay mejor manera de que se interesen por la lectura que ver a sus padres absortos con un libro de la mano. Es la mejor iniciación para cualquier niño, que querrá imitar todo cuanto ve y sentirá especial curiosidad acerca de lo que hay en ese montón de páginas.

 

5. Escucha y pregunta activamente a los pequeños

¿Cuántas veces hemos tenido la cabeza en mil sitios a la vez mientras que el niño corría alrededor y explicaba con enorme entusiasmo el devenir de su libro preferido? Aunque los detalles sean abrumadores, no debemos ignorar esta exaltación, pues no solo se trata de que lean, sino de que comprendan la historia. Y la mejor manera de que practiquen esta lectura reflexiva es escuchando y preguntando activamente, para así comprobar que entienden lo que leen.

Niña y niño hablan con su padre mientras comen

6. Aprovecha el potencial de las bibliotecas públicas

Las bibliotecas suelen tener programas especiales con actividades para niños en los que pueden participar. Además, son de mucha ayuda a la hora de elegir títulos para los pequeños en diferentes formatos (incluidos los cómics, que pueden ser de gran atractivo para ellos y una buena vía para la iniciación a la lectura).

 

7. Fomenta el hábito con constancia y organización

La desorganización no es buena compañera de ninguna costumbre. Si queremos que los niños adquieran el hábito lector, llevar una cierta rutina ayuda mucho, sobre todo al principio. Puedes animar a los pequeños a que dediquen un poco de su tiempo a leer, pero sin ser demasiado rígida y dejar espacio a las apetencias de cada uno. Lo que no queremos es que, en ningún caso, lo relacionen con una fastidiosa obligación.

 

8. No desesperes

Sobre todo cuando los niños son pequeños, en torno a 5 o 6 años, no hay problema si les cuesta más acostumbrarse a la lectura o se les hace más cuesta arriba. Antes de poner el grito en el cielo, más vale tener paciencia.

Llegados a este punto, nos agarramos a las palabras de Martín Garzo: “piense que la lectura no siempre nos hace más sabios, ni más inteligentes, ni siquiera más buenos, y que bien pudiera ser que ese niño que adora fuera como los bosquimanos, que tampoco leyeron una sola línea y eso no les impidió concebir algunos de los cuentos más hermosos que se han escuchado jamás. No olvide, en definitiva, que el cuento más necesario, y por el que seremos juzgados, es el que contamos sin darnos cuenta con nuestra vida”. 

     

      

     

Compartir este contenido

Añadir un comentario

 (con http://)