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Lookbooks
Pubicado el : 07/04/2016 08:19:02
Categorias : Estilo de Vida
En un mundo condicionado cada vez más por el manejo de idiomas a todos los niveles, las ventajas del bilingüismo son inestimables. Esto ha multiplicado nuestros esfuerzos para que los niños crezcan con un conocimiento de una segunda lengua que les ayude en el futuro: el inglés. ¿Hubieses agradecido a tus padres haber aprendido fácilmente este idioma, casi sin enterarte? La idea está clara pero la tarea puede ser ardua, sobre todo para padres que no son hablantes nativos de ese idioma, como bien puede ser vuestro caso.
Este camino hacia el bilingüismo de nuestros niños se puede resumir en un par de palabras: compromiso y perseverancia. Orlanda Varela, coordinadora de formación sobre bilingüismo en el centro Sinews, citada en El País, afirma que “al menos el 20% de la actividad comunicativa real del niño debe tener lugar en ese idioma. Por tanto, se trata de que durante al menos el 20% de las cerca de 12 horas que el niño está despierto, reciba estímulos en esa lengua, que serán mucho mayores cuanto más personales e interactivos sean”.
Según los expertos, existen épocas que son potencialmente mejores que otras, pero hasta los 10 años de edad el niño se adaptará sin enorme dificultad a una inmersión en inglés si es potenciada de manera constante y, desde luego, con menor esfuerzo que un adulto en condiciones similares.
El periodo más recomendado se localiza entre el nacimiento y los 3 años, ya que es el momento en que los niños se empapan de su primera lengua y la aprenden. Le sigue la franja de edad de 2 a 7 años porque aún pueden crear un sistema paralelo para funcionar con la segunda lengua de manera individual: se trata de evitar que traduzcan de una a la otra como ocurre en los niños monolingües.
Hasta los 10 años, los niños continúan el aprendizaje del segundo idioma de manera separada del primero, forjando esa segunda dimensión en que se mueven las personas bilingües. Sin embargo, más allá de esa edad, la pubertad reconduce el aprendizaje y a partir de entonces la primera lengua es necesaria para comprender la segunda. Entonces, la magia del bilingüismo se evapora…
Sabedores de esta problemática, en Vagaluz hemos recopilado una lista de recomendaciones para fomentar el aprendizaje de un segundo idioma en los niños:
1. Empieza por introducir el inglés de forma pasiva: sobre todo cuando los niños son muy pequeños, una forma de allanar el camino es exponerlos a escuchar el segundo idioma para que vayan familiarizándose con los sonidos particulares del otro idioma:
2. Fomenta el uso activo del inglés: se produce el salto cualitativo en el aprendizaje del idioma cuando animamos al niño a interactuar libremente en inglés:
En cierta medida, estas recomendaciones pueden impulsar el aprendizaje de la segunda lengua en casa. Otro ambiente de inmersión es el colegio. Con la potencia del idioma inglés, han proliferado los centros bilingües y las academias que ofrecen cursos adaptados para los más pequeños. Ante de precipitarse a elegir una de estas escuelas, es primordial comprobar la calidad de la enseñanza de cada centro pues muchos procesos de bilingüismo se han hecho con demasiado apremio.
El hecho de que los padres no manejen inglés de manera nativa conlleva dificultades para que el niño desarrolle un conocimiento bilingüe completo de la segunda lengua, pero si fomentamos la familiaridad y el contacto con el idioma desde una etapa temprana, no cabe duda que aprenderá inglés con más facilidad que nunca.
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