Cómo y cuándo conviene quitar el pañal a los niños

Tirando del hilo del verano encontramos que las buenas temperaturas nos empujan a ataviarnos, a padres y niños, con ropa ligera y fresquita. El verano es la época por excelencia de grandes cambios para los niños y el momento ideal para una tarea que a toda madre mantiene en vilo: quitar el pañal.

En un instante, el bebé ya no es tan bebé. ¿Cómo ha corrido el tiempo así de deprisa? Pues sí, nos topamos con la realidad: en septiembre empieza el colegio o la escuela infantil y el control de esfínteres es un paso más hacia la madurez.

¿Cómo saber si es el momento?

¿Por qué elegir el verano para dejar atrás el pañal? La idoneidad de esta época descansa en, precisamente, el calor, pues también a los niños les apetece tener mayor libertad de movimientos y, ciertamente, el pañal llega a ser un abultado estorbo.

Sin embargo, no debemos olvidar la edad del niño, pues de ello dependerá determinar si el verano es buen momento o no. Para salir de dudas, estas claves te ayudarán:

• La edad ideal es entre los 2 años y pocos meses y 3 años. Según el pediatra Carlos González, el desarrollo físico de los niños les permiten a esa edad tener más o menos control de sus esfínteres según crecen, antes no es realista intentar quitar el pañal. Por ello, hacerlo en verano dependerá de la edad del niño.

• Si el niño puede obedecer ante cosas sencillas, estamos en un buen momento para dar el paso.

• Físicamente, el niño tiene que poder dar pequeños saltitos y también tener la destreza de subirse y bajarse los calzoncillos o braguitas.

• Si el niño tiene curiosidad y motivación por imitar a los mayores, adelante con la decisión de quitarle el pañal.

• Finalmente, debemos elegir un momento de tranquilidad en casa sin cambios importantes en medio que puedan trastocar la rutina del niño, pues se dispersará y será más complicado crear el hábito.

8 consejos para quitar el pañal a los niños

Después del uno va el dos y si hemos determinado que es el momento, estos trucos nos vendrán bien en el camino:

1. No volver atrás: no se trata de una afirmación tan categórica como suena, puesto que si el niño tiene dificultades y es aún pequeño, es posible retrasar el cambio. Sin embargo, no es lo más recomendable. Los niños funcionan con rutinas y los cambios variables pueden confundirlos. ¡Si hemos tomado la decisión, hay que seguir adelante!

2. Ayudarles a utilizar el orinal: el paso previo a que los niños vayan al baño por ellos mismos es que empiecen a usar de manera independiente un orinal. Si es atractivo en cuanto a colores y diseño, facilitará la tarea. En este punto, es interesante crear dinámicas y sentarlo para que se acostumbre.

3. Enséñale con calma: la comunicación es importante. Además, los niños aprenden mediante la imitación, así que debemos dar ejemplo y mostrarles lo que deben hacer sin tapujos. La actitud comunicativa es esencial, con lo que, a pesar de tener que repetirlo, hay que mostrar calma y comprensión.

4. Pónselo fácil con la ropa: decíamos del verano porque los niños no necesitan llevar tanta capa de ropa. Cuantos menos impedimentos, mejor se acostumbrarán a utilizar el orinal.

5. En caso de accidentes, ¡adiós a los dramas! El niño no debe sentir demasiada presión o tiraremos por tierra nuestros esfuerzos. Por ello, los dramas no son nada recomendables, hay que aceptarlo con resignación. Sin embargo, sí es importante explicarles las consecuencias, que si hacen caca o pis fuera del orinal, luego hay que limpiarlo.

6. Refuerzo positivo: es la llave para avanzar cuando el niño lo haga bien. Sin embargo, el refuerzo positivo debe ser inmaterial, puesto que si el premio es material, el niño puede utilizar el “ir al baño” como una catapulta para conseguir el premio. Y al final, ir al baño es algo que hay que hacer porque es así.

7. Antes de irse a dormir: puede suponer un instante crítico en el abandono del uso del pañal. Quizás en un primer momento es precipitado también quitarle el pañal durante la noche: esto tenemos que medirlo en base al comportamiento del niño. En todo caso, el cambio no debe retrasarse demasiado. Para preparar al niño ayuda:

o Que no beba mucha agua antes de dormir.

o Utilizar un cubrecolchón de plástico o una funda impermeable como medida preventiva.

o Colocar el orinal junto a la cama, para que lo tenga a mano.

o Hablar con el niño y tranquilizarle, hacerle ver que sus padres están disponibles para ir al baño durante la noche también.

8. Finalmente, paciencia y más paciencia: sobre todo, hay que dar tiempo a los niños, a que se acostumbren a la nueva situación y a los nuevos hábitos. Los niños son aprendices rápidos y antes de que nos demos cuenta habrán cogido el truquillo a ir solos al baño.