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Lookbooks
Pubicado el : 20/10/2016 10:09:47
Categorias : Estilo de Vida
Existe un grupo en Facebook llamado “Acción Poética Clínica” donde los médicos tratan con humor su gremio y las situaciones a las que se enfrentan día a día. Entre los “memes” que publican se encuentran algunos relacionados con la infancia y los hospitales. Por ejemplo, vemos uno en el que un niño, según está siendo vacunado, exclama a voz en grito: “la base de datos de virus ha sido actualizada” copiando la frase que sueltan muchos antivirus al encender el ordenador.
Sin embargo, la realidad es muy distinta a lo risible y muchos niños sienten reticencia a acudir a la consulta médica y reparo al hablar ante un profesional con bata blanca, dificultando la situación tanto a padres como a facultativos. Al fin y al cabo, están en un espacio que les es extraño, que requiere a veces la separación de sus padres y donde experimentan procedimientos que pueden llegar a doler. Todo ello genera miedo en los niños. ¿Cómo podemos calmar estos temores y, si todavía no han nacido, evitar que lo hagan?
Según el portal “enfamilia” de la Asociación Española de Pediatria (AEPED), el miedo a los médicos es uno de los más típicos entre los pequeños, junto a los miedos escolares, a la separación y a la oscuridad. En cuanto a las fobias médicas, la AEPED indica que este tipo de temor engloban los “miedos al dolor físico, a los procedimientos médicos y al contexto sanitario (medicaciones, inyecciones y vacunas, sangre, batas y profesionales, especialmente los dentistas)”.
De acuerdo con la AEPED, hemos reunido una serie de pautas que serán de ayuda:
Los niños pueden tener miedo al médico por distintos motivos, entre los que se pueden encontrar el nerviosismo ante la separación de sus padres o la confusión ligada a la desinformación. Antes de pasar consulta, es conveniente preparar al niño para evitar sorpresas y darle toda la información que pida: explica por qué tiene que ir al médico y qué se va a encontrar allí con naturalidad. Con decírselo el día antes es suficiente.
A pesar de que pueda ser una situación comprometida, intenta disimular con el niño y no mostrar nerviosismo. Muchos de los miedos en la infancia tienen que ver con la imitación, ya que los niños absorben como esponjas todo lo que observan a su alrededor. Es importante sobre todo mantener la calma en situaciones de tensión con enfados o lloros. Tampoco es recomendable mostrar una actitud de sobreprotección excesiva.
Una parte de los miedos de los niños a los hospitales está relacionada con los procesos sanitarios e instrumentos tales como jeringuillas o agujas. No se debe amenazar con ir al hospital para conseguir que el niño cambie su conducta. De hecho, según la AEPED, “el recurso al miedo para controlar el comportamiento infantil es una práctica educativa inadecuada. El si no tomas el jarabe, te llevaremos al hospital para que te pinchen solo resuelve las situaciones de forma momentánea”.
La relación positiva con el personal sanitario es un factor que ayuda a disminuir el temor de los pequeños. Normalmente, los pediatras están en continuo contacto con niños y suelen identificar lo que les pasa rápidamente, pero es recomendable avisarles antes de que el niño tiene miedo. Algunos médicos empiezan la consulta con una visita guiada del gabinete y muestran los instrumentos que usan. Si crees que puede verle bien a tu niño para que pierda el miedo, no dudes en comentárselo al pediatra.
Los miedos también se adquieren tras ver películas o series inquietantes. Por ello, es primordial estar alerta en cuanto al contenido que ve el niño en internet o en la televisión.
Simular el entorno y la relación entre médicos o enfermeros y pacientes puede ser de gran ayuda para que el niño entienda los procesos y se ponga en situación.
Una manera de tranquilizar al niño es llevar una manta o un peluche para que se sienta más arropado y lo relacione con una experiencia cotidiana más. Además, jugar puede distraerle y que centre su atención en el juego en vez de en su miedo.
Si el niño tiene que acudir a urgencias, trata de infundirle seguridad, ya que es una situación inesperada. Tampoco los padres conocen los procesos que se van a seguir, pero para evitar negativas y enfados del niño, lo mejor es explicar la situación para que entienda la razón de estar en el hospitaly así colabore con el personal sanitario.
Para terminar, si aun siguiendo las pautas, el niño sigue sintiendo miedo y este dificulta las consultas médicas, es recomendable hablar con un profesional.
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