11 imprescindibles que llevar en el botiquín para los niños

Llega el momento de planificar la salida de vacaciones con los niños y parece automático: las maletas y demás equipaje necesario se multiplica exponencialmente. Son días en los que la rutina se trastoca, para mejor, sin duda, pero debemos tener en cuenta también que los imprevistos pueden surgir en consecuencia…

Por ello, no debemos olvidar equipar el botiquín básico para estar preparados ante posibles complicaciones con los niños. Si ya cuentas con un botiquín de otros años, hay que revisar los medicamentos o soluciones que puedan estar caducados.

De todas maneras, en cuanto surjan dudas serias, lo más recomendable es acudir al servicio de salud de donde nos encontremos, tanto si es en España o fuera (para Europa hay que contar con la tarjeta sanitaria europea y para el resto de países con un seguro de salud privado). ¡No te olvides la tarjeta sanitaria de los ‘peques’ en casa!

Volviendo al botiquín, ¿cuáles son los imprescindibles que incluir? Te lo contamos.

¿Qué incluir en el botiquín de viaje para los niños?

El botiquín básico para niños incluye elementos que sirven tanto si es para prevenir como para curar:

1. Crema de protección solar: ya hemos comentado en Vagaluz la importancia de proteger a nuestros pequeños de los efectos del sol, tanto en primavera como en verano. Es esencial: cuanto más alto sea su grado de protección, mejor.

2. Repelente de insectos o, en su defecto, crema antiinflamatoria para mosquitos: sobre todo si viajamos a zonas de calor húmedo, como bien puede ser la playa, experimentaréis el aumento de la cantidad de mosquitos y otros insectos. Ambos elementos son útiles tanto para la prevención de las picaduras como para calmar el molesto escozor y en enrojecimiento de la zona.

3. Crema hidratante: tanto si los niños utilizan pañales o no, la crema hidratante es clave para mantener su piel sana y cuidada, sobre todo en vacaciones, que sufre más por la acción de agentes externos: cloro de las piscinas, arena, humedad excesiva, sol…

4. Termómetro: puede ser el gran olvidado, pero resulta muy importante a la hora de salir de dudas sobre cómo se encuentran los niños si sufren molestias. Comprobar su temperatura permitirá tomar decisiones y evaluar si es algo pasajero o realmente es necesario acudir a un especialista médico.

5. Tiritas, gasas o vendas y esparadrapo, junto con tijeras de puntas redondeadas y pinzas: imprescindibles para tratar pequeñas heridas y cortes.

6. Agua oxigenada y antiséptico: con el fin de desinfectar heridas, es mejor no contemplar la povidona yodada (la marca más conocida es Betadine), ya que es perjudicial para los bebés, puesto que, por su concentración de yodo, puede interferir negativamente en el funcionamiento del tiroides.

7. Antiinflamatorios en gel: cuando los niños son un poco mayores, se envalentonan con el buen tiempo y pueden sufrir caídas o golpes accidentales, así como tirones musculares.

8. Antiinflamatorios generales: no hay que olvidar medicamentos generales como el paracetamol o el ibuprofeno.

9. Suero fisiológico o colirio: es todo un clásico para tratar la común conjuntivitis causada por el agua de la piscina o molestias nasales.

10. Antihistamínicos para las alergias: al ser pequeños los niños, es posible que no hayan estado expuestos a sustancias que les puedan producir alergias, por lo que no está de más contar con este tipo de soluciones. También vienen bien si conocemos ya las alergias del niño.

11. Soluciones laxantes o antidiarreicas: estando de vacaciones, muchas veces la alimentación varía, lo que puede provocar digestiones difíciles. También es interesante incluir una solución oral de rehidratación por si los niños sufren diarreas.