¿Alimentas bien a tus hijos?

Llegadas estas fechas saber qué ponemos para comer o cenar es una de nuestras mayores preocupaciones. Y si a eso se le añade que en muchas casas hay niños, esa preocupación aumenta. Y es que, aunque un día es un día y pueden saltarse la correcta alimentación por unas horas, cuidarla el resto del año es uno de los aspectos más a tener en cuenta durante su crecimiento. Durante los primeros años de su vida su organismo está en plena fase de desarrollo, motivo por el cual lo que ingiere se convierte en fundamental para que ese desarrollo sea el adecuado.

A la hora de alimentarlos es importante crear hábitos. Porque si lo hacemos, estaremos invirtiendo directamente en la salud que tendrán en el futuro y a evitar enfermedades como la hipertensión, la obesidad o el asma en la etapa adulta de su vida. Pasados los seis primeros meses de vida en los que la lactancia materna es su alimentación prioritaria se llega a un momento clave para comenzar a alimentar de una manera correcta. Es en ese momento en el que los padres se equivocan permitiendo a los pequeños ingerir ciertos alimentos.

Así, el primer error es el consumo excesivo de ciertos alimentos como las carnes grasas y los embutidos, las grasas saturadas que hacen que la comida tenga excesivas calorías, la bollería o la comida rápida, los azúcares o demasiada sal en las comidas. Por el contrario muchas veces nos quedamos cortos a la hora de darles a nuestros hijos cosas como las frutas y verduras, las legumbres, el pescado, que debe ser bajo en grasa, los lácteos bajos en grasas o los cereales integrales. Además, es necesario priorizar el consumo de agua frente a las bebidas azucaradas que antes indicábamos, ofrecer alimentos que les den la energía suficiente para afrontar sus jornadas de colegio y actividades extraescolares y tener cuidado a la hora de servir raciones demasiado grandes que sus pequeños estómagos no puedan digerir bien.

En este mismo sentido, los expertos recomiendan que los niños realicen cinco comidas al día, en raciones no excesivamente grandes, que el desayuno sea equilibrado y variado e incluya lácteos, fruta, cereales y algún aporte proteínico de huevos o jamón a ser posible.

De esta manera, aunque estos días sean locos desde el punto de vista de la alimentación, nuestra recomendación es que, para permitir a tus hijos ciertos excesos estos días el resto del año disfruten de una alimentación rica y equilibrada en la que no falten ninguno de los valores que anteriormente hemos indicado.