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Lookbooks
Pubicado el : 24/01/2017 09:30:34
Categorias : Estilo de Vida
Ya decía Gustavo Adolfo Bécquer en sus rimas: “por una mirada, un mundo / por una sonrisa, un cielo / por un beso... yo no sé / qué te diera por un beso” y aunque el poeta sevillano apelaba al noble sentimiento amoroso, esta rima puede aplicarse totalmente a nuestros pequeños y, sobre todo, cuando son bebés. La intensa mirada de los bebés está definida por unos ojos enormes dotados de un color que los define: ámbar, azul, verde, marrón… y que cambia con el tiempo.
En la actualidad, se han realizado estudios científicos que han definido qué hay detrás del color de iris de los bebés y niños. ¿Por qué los ojos son del color que son? ¿Cómo afecta la genética? Y… ¿por qué el color cambia con el tiempo? Desde Vagaluz nos hemos propuesto arrojar algo de luz sobre este tema.
¿De qué depende el color de los ojos en los bebés? La genética tiene la clave y es que el resultado final está en manos de los genes dominantes y recesivos atendiendo al color de los ojos de los padres y abuelos del niño. Nunca se puede calcular con precisión del 100%, pero sí se pueden calcular probabilidades.
En el portal bebesymás, comparten un esquema que define las probabilidades de tener un color u otro de ojos:
Por otro lado, una información valiosa para las futuras mamás es que se han desarrollado herramientas en internet que permiten estimar el color que tendrán los niños. Compartimos desde Vagaluz la aplicación online para calcular el color de los ojos de los futuros bebés que ha puesto en marcha el Departamento de Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. ¡Muy útil e interesante!
Es común que los ojos de los bebés recién nacidos sean de un color claro, un azul cristalino por ejemplo. Sin embargo, esta tonalidad va oscureciéndose y cambiando con el tiempo y es posible que, pasado un año, el bebé presente los ojos de un color totalmente diferente. De hecho, suelen hasta terminar teniendo una tonalidad oscura. ¿Por qué ocurre esto?
La razón se oculta detrás de las células encargadas de producir la melanina, que es la que define el color del iris. A medida que el niño crece y también se expone a la luz del sol, esta melanina va fijando el nuevo color hasta ser definitivo. El resultado es que, cuánta más melanina tenga el iris, más oscuro será este.
Por tanto, la creencia popular de que esta evolución del color depende de si el bebé empieza a tomar leche materna no es más que un mito. Habrá que esperar hasta pasados los cinco o seis primeros meses para que los ojos vayan obteniendo un color que se aproxime al definitivo (se asentará a partir del primer año).
Además, el color del pelo se establece de manera similar ya que une, por un lado, la influencia genética y, por otro, la producción de melanina que también está presente el cabello y que va modificando su color.
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