Producto correctamente añadido a tu carro de compra
Hay 0 artículos en tu carro Hay un artículo en tu carro
Lookbooks
Pubicado el : 08/11/2016 09:34:51
Categorias : Estilo de Vida
Las toallitas húmedas para niños y bebés son de invención relativamente reciente, pero parece que ya nos cuesta vivir sin ellas por la enorme comodidad y utilidad que suponen. Y no sin razón, puesto que este producto de higiene personal está especialmente diseñado para los más pequeños, respetando la delicadeza de su piel.
Están preparadas para sacarnos de un apuro: sirven para evitar el mal olor, limpiar las manos o la carita del niño o incluso la ropa del bebé si se derrama algo encima. Además, gracias a su suavidad, no producen rozaduras.
Ay las toallitas húmedas, ¡qué bien vienen! Y sin embargo, las empresas de gestión del agua, no se alegrarán tanto al mentarlas. Y es que, se han convertido en su peor pesadilla, pues los atascos que provocan son numerosos y complicados de solucionar.
Dice la expresión popular que una imagen vale más que mil palabras. Podemos estar de acuerdo o no, pero imágenes como esta que acompaña a nuestro post son el vivo reflejo del dicho popular. Este “monstruo” fue extraído del sistema de alcantarillado de la ciudad inglesa de Eleebana, no muy lejos de Newcastle. El engendro estaba hecho de toallitas húmedas que habían sido arrojadas al w.c.
Sin embargo, no hace falta irse tan lejos: en España también ocurre y a un nivel similar. Las toallitas húmedas se han popularizado de tal manera que en muchas casas se utilizan como sustitutivo del papel higiénico. Es por ello que la “tentación” de arrojarlas al wáter se multiplica.
La Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS) ha cifrado el sobrecoste que esto conlleva para la red de saneamiento de aguas: unos 230 millones de euros al año (entre 4 y 6 euros por habitante). Solo en la ciudad de Valencia, se retiran unas 150 toneladas de toallitas al año y la mayoría de empresas han tenido que poner en marcha equipos especialmente entrenados para hacer frente a los atascos, desbordamientos y complicaciones ocasionadas por este producto.
Además del coste económico, hay que considerar el impacto medioambiental que tiene tirar las toallitas húmedas al wáter. En palabras de la OCU: “su existencia no es un problema. Podemos vivir sin ellas, pero las consumimos por toneladas. Las toallitas húmedas son el típico ejemplo de producto insostenible ya que tienen una vida útil efímera (dura unos segundos y la tiras), se utilizan sustancias químicas en su fabricación y su envase es poco sostenible (sobre todo los rígidos)”. En definitiva, la organización de consumidores lo tiene claro: “para lo poco que valen, nos cuestan demasiado”.
Tanto la OCU como la AEAS han hecho recomendaciones para evitar el problema de atascos de toallitas en el alcantarillado público:
Y vosotras, ¿qué opináis? ¿Utilizáis muy a menudo este tipo de productos?
Siganos